Se calcula que aproximadamente un tercio de los alimentos que consumimos depende de la polinización de las abejas. Cuando las abejas visitan las flores en busca de néctar y polen, transfieren el polen entre las plantas, lo que permite que éstas se reproduzcan y produzcan frutos y semillas. Este servicio ecológico vital no sólo favorece la biodiversidad, sino que también sustenta la producción de alimentos para los seres humanos y la fauna salvaje.
La apicultura -el mantenimiento de colonias de abejas, normalmente en colmenas artificiales- ofrece importantes beneficios, como la promoción de la salud de los polinizadores y la biodiversidad, al tiempo que apoya medios de vida sostenibles. Organizaciones de A Rocha de todo el mundo han emprendido proyectos de apicultura destinados a promover prácticas sostenibles, apoyar a las comunidades y conservar los hábitats naturales.
A Rocha Kenia ha puesto en marcha recientemente un proyecto de apicultura sostenible cerca de la Reserva Natural de Dakatcha. El proyecto se centró en la introducción de prácticas apícolas entre los agricultores locales, al tiempo que se impartía educación medioambiental sobre polinizadores en las escuelas de Dakatcha. Alumnos de 10 escuelas participaron en sesiones de educación ambiental, cultivando jardines favorables a los polinizadores para mantener las poblaciones de abejas. Además, 15 agricultores recibieron formación en técnicas apícolas y colmenas, contribuyendo así tanto a la conservación como a la capacitación económica de la región.
A Rocha Sudáfrica inició un proyecto de apicultura que hace hincapié en los medios de subsistencia comunitarios y la conservación. Mediante la formación y el apoyo a los apicultores de la comunidad, el proyecto pretende crear ingresos sostenibles al tiempo que fomenta la gestión medioambiental. Este planteamiento no sólo beneficia a las poblaciones de abejas y a la polinización, sino que también refuerza las relaciones entre las comunidades y las reservas naturales, promoviendo la conservación en zonas sensibles desde el punto de vista medioambiental.
Además, en Ghana, la apicultura capacita económicamente a las comunidades y fomenta la polinización. En Suiza, la apicultura contribuye a la conservación de los prados secos, salvaguardando la biodiversidad. A Rocha Reino Unido educa a través de programas centrados en los polinizadores en la reserva comunitaria urbana Wolf Fields, mientras que A Rocha República Checa proporciona un hábitat esencial para las abejas con «hoteles de insectos» y A Rocha Líbano construye colmenas de tierra apisonada y recicla cera de abejas.
Estos proyectos apícolas ponen de relieve el papel vital de las abejas en la conservación de la biodiversidad a escala mundial. No se trata sólo de la miel, sino de preservar los ecosistemas, fomentar medios de vida sostenibles y garantizar un futuro dulce tanto para la naturaleza como para las comunidades.